Es importante reconocer como adultos qué situaciones presentamos en nuestra infancia, ya sean trastornos de tipo emocional o conductual como el TDAH o un Problema de Aprendizaje, para saber la estafeta que pasaremos a nuestros herederos.
Cuando llegan a consulta, los padres se extrañan por enfocar la entrevista a ellos y no a los niños; esto sucede porque un gran porcentaje de actitudes, emociones y hasta enfermedades son trasmitidas de generación en generación. Hablando en particular, del TDAH (desde un enfoque clínico), se tiene la probabilidad del 30% al 50% de ser mutable o trasferido a nuestros hijos(as), si lo tienen ambos padres la probabilidad aumenta a un 80%. A partir del 2015, el DSM V (Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales) integra el TDAH para Adultos.
Hay mucha información del tema al respecto, así como su diagnóstico, lo que si es claro, es que se requiere de especialistas para ser diagnosticado; un Psicólogo con especialidad en el área clínica, educativa o neurológica; y un Neuropediatra.
Los tratamientos deben ser multimodal relacionados con el área psicológica terapia cognitivo-conductual, la cual debe ser constante y en muchas ocasiones es cansada y desgastante para los padres e hijos, sin embargo necesaria; y con un Neuropediatra para aquellos casos que requieran medicamento.
Para saber mas del tema, es importante leer de fuentes serias, si quieres saber mas del tema, busca en Google Education.