- Tiene que doler.
Tus ejercicios pueden ser intensos, pero en ningún momento deben de ocasionarte dolor. Si tu rutina te lastima, es posible que pierdas la motivación y rápidamente dejes de ejercitarte.
En resumen, sentir el esfuerzo en tu cuerpo está bien, más no dolor agudo.
¿Cómo lo resuelvo?
Es natural que experimentes algo de dolor si está comenzando a ejercitarte sin importar la rutina.
Sin embargo, si eres muy exigente contigo mismo, ese dolor podría ser producto de un desgarre o hernia, por lo cual sugerimos que siempre te asesores con un especialista antes de exceder tus límites.
- No puedo comer arroz.
Te han dicho: ¡No comas arroz si vas a hacer ejercicio! Este mito se basa en la idea de que los alimentos que consumes antes o después del ejercicio, pueden crear un exceso de ácido láctico en los músculos, causando dolor después del rutina.
La verdad, es que el cuerpo sí genera ácido láctico especialmente en ejercicios de peso o resistencia, sin embargo, la cantidad producida se consume rápidamente después del ejercicio, mucho antes de que comience el característico dolor muscular.
Este molesto dolor realmente se debe a rasgaduras microscópicas dentro del músculo, que generan inflamación y dolor.
Aunque suene muy dramático, cada vez que el cuerpo repara estas rasgaduras, crea más tejido muscular saludable y fuerte.
- No sirve si no puedo seguir un horario.
Muchos de nosotros creemos que si no le dedicamos mucho tiempo y horario fijo al gimnasio, nunca veremos resultados.
La verdad está lejos de eso.
Primero, la calidad es más importante que la cantidad. Una sesión intensa de 20 minutos, puede valer mucho más que una de 2 horas. Todo depende de las áreas del cuerpo que necesites trabajar. Consulta con tu entrenador sobre efectivas rutinas cortas y si no tienes uno, entra a youtube y busca a un entrenador online que te de confianza.
Segundo, no te agobies por no poder siempre hacer ejercicio en la mañana o a la misma hora. Encuentra huecos libres en tu horario, y realiza una rutina corta cada que tengas oportunidad, lo importante es que no pierdas el hábito y la constancia te ayudará a cumplir tus objetivos.
- Si no tengo mi Gatorade me deshidrato y me siento débil.
Deshidratarse por hacer ejercicio, es algo natural, lo que no es natural, es que tomes un litro de Gatorade para reponer el esfuerzo.
Las bebidas deportivas, existen para reponer los minerales y azúcares perdidos durante un exhaustivo entrenamiento físico, no para 30 minutos en la elíptica.
Considera cambiarlas por agua natural, té o infusiones sin endulzar, para re hidratarte sin tomarte de vuelta todas la calorías que quemaste en una bebida.
- Hacer ejercicio sólo ayuda a crear músculo, no a bajar de peso.
Muchas personas dejan de asistir al gimnasio debido a que no ven resultados inmediatos o porque en el caso de las mujeres, temen que su rutina los vuelva anchas y musculosas.
El ejercicio a diferencia de una dieta, toma más tiempo en presentar resultados; esto es cierto, sin embargo, estos resultados no sólo tienden a permanecer más tiempo, si no que también mejoran nuestro estado de ánimo y salud en general, por lo cual se recomienda hacer al menos 30 minutos de ejercicio diario.
Dependiendo de tu tipo de rutina, ya sea enfocada en pesos o cardio, conseguirás tu objetivo. Sé constante y apóyate en un entrenador capacitado que te asesore sobre cómo trabajar mejor tu cuerpo.
Toma en cuenta que para generar grandes masas de músculo, el ejercicio debe de ir acompañado de una dieta alta en proteína y así como de mucha constancia al levantar pesos y resistencias.
No te preocupes, puedes seguir tonificando tus brazos, piernas y glúteos con pesas, sin quedar como Arnold Schwarzenegger.
Último consejo.
Hacer estiramientos no es lo mismo que calentar.
Mientras que los estiramientos ayudan a generar flexibilidad, no necesariamente previenen un traumatismo.
Considera siempre calentar tu cuerpo antes de hacer ejercicio de alto impacto, como por ejemplo, haciendo jumping jacks.
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